La amenaza oculta de seguridad en TI: Impresoras Multifunción

Por Carlos Oliveira
Gerente de Operaciones, Preventa e Implementación de Xerox de Chile

En marzo de 2008, un ataque conocido como una inyección SQL fue usado para instalar spyware en la red de Heartland Payment Systems, poniendo al descubierto 134 millones de tarjetas de crédito y débito. Había plena conciencia de la vulnerabilidad ante una inyección SQL; analistas de seguridad habían avisado de su peligro a los retailers durante varios años. Sin embargo, la continua vulnerabilidad de aplicaciones relacionadas con la Web hizo que la inyección SQL sea una de las formas más comunes de ataque contra los sitios web en la actualidad.

Más adelante, en 2011, una violación masiva a la red de Sony PlayStation provocó que 77 millones de cuentas fueran hackeadas y que Sony pierda millones de dólares en ingresos. Los hackers lograron ingresar por un hueco en la red que había estado abierto por un tiempo considerable, a pesar de que los analistas continuamente recomendaban identificar y aplicar controles de seguridad consistentemente a lo largo de toda la organización.

Lo notable de estos ataques –así como tantos otros– es el hecho que hubo muchas advertencias sobre las potenciales debilidades en estas redes, pero no se hizo nada al respecto hasta que fue demasiado tarde. Por eso, he aquí una advertencia para 2013: es tiempo de asumir con seriedad el tema de la seguridad en las impresoras multifunción (MFP).

Según InfoTrends, hay casi 30 millones de impresoras y dispositivos multifunción en oficinas y hogares en todos los Estados Unidos y Europa Occidental, y la mayoría están conectadas a una red. Esto significa que son tan susceptibles de ataques de hackers y malware como las PCs pero, por diversas razones, son frecuentemente pasadas por alto por los profesionales de TI y utilizadas sin protección apropiada por los empleados.

Para reforzar este punto, deben considerarse estos hallazgos reveladores. Un reciente estudio realizado por Xerox-McAfee reveló que más de la mitad (54%) de los empleados afirma que no siempre se ajustan a las políticas de seguridad de TI de su empresa. También, la mitad (51%) de aquellos empleados en cuyo lugar de trabajo hay una impresora, copiadora o MFP dice que han copiado, escaneado o impreso información confidencial en el trabajo.

¿Suena familiar?
El estudio prosigue diciendo que más de la mitad (54%) considera que las computadoras plantean la mayor amenaza de seguridad a la red de su empresa si se las compara con otros dispositivos TI, mientras que sólo el 6% dice que son las MFPs. Este pequeño porcentaje prueba que los empleados sencillamente no se dan cuenta de que sus MFPs en la oficina realmente son verdaderos dispositivos en red que se comportan del mismo modo que sus PCs y que tienen vulnerabilidades semejantes. Compare estas estadísticas con el hecho de que el costo organizacional promedio de una filtración de datos es de 5,5 millones de dólares y tendrá un argumento muy fuerte a favor de tomar esta advertencia seriamente.

Pero sé qué es lo que usted está pensando: ninguno de estas masivas violaciones son posibles a través de una MFP, ¿no es cierto? Error.

Casi cualquier persona puede lanzar ataques en gran escala contra una red y los activos de información de una compañía a través de una MFP si sus puntos de acceso físicos y electrónicos no están controlados y protegidos con seguridad. Estos ataques pueden ser tan simples como que alguien levante documentos dejados en la bandeja de salida de la MFP hasta “gusanos” maliciosos extrayendo documentos con información sensible fuera de la red.

Considere este ejemplo de hackeo de la red a través de una MFP: la combinación actual de empleados en movimiento, de impresión en la nube y la constante penetración de dispositivos personales basados en Android permiten a un atacante crear una aplicación malware que infecta el dispositivo móvil, se adhiere con oportunismo a un trabajo de impresión en la nube, se descarga en una MFP en red y, a partir de allí, infecta toda la red de la empresa, evitando completamente el firewall y los controles de detección de intrusiones. En este caso, es la complejidad la que da lugar a la vulnerabilidad.

Las empresas deben bloquear sus MFPs adecuadamente, pero tradicionalmente ha habido una disponibilidad limitada de soluciones de seguridad para impresoras para mantenerlas tan seguras como si estuvieran en el ápice de la seguridad. Mínimamente, esto es lo que los administradores de IT deben hacer para proteger la red:

  • Controle el acceso a la MFP y sus funciones de cada grupo e individuo, y sus niveles de actividad.
  • Asegúrese de que la información es seguro en cada etapa del flujo de trabajo – desde el camino de la información a lo largo de la red hasta el propio dispositivo.
  • Usa todas las herramientas disponibles para proteger documentos con información sensible de pérdida o robo.
  • Siempre incluya en las MFPs en normas y medidas estándar de seguridad de la red.

Para lograr todo esto del modo más sencillo posible, las empresas deberían considerar elegir una MFP con el software de seguridad integrado directamente al dispositivo que funcione con un método “whitelisting”. Whitelisting permite que se ejecuten únicamente archivos aprobados, ofreciendo una protección significativamente mayor para los sistemas integrados que las tradicionales tácticas de black listing, que dependan de continuas actualizaciones de archivos de firmas para mantenerse vigentes. Cierto tipo de software de seguridad integrado proporciona también una alerta inmediata y un recorrido de auditoría para detectar e investigar el momento y el origen de las amenazas de seguridad – y acelera la acción apropiada.

En un futuro veremos un progreso hacia una situación en la que los usuarios no tendrán más miedo del aspecto “multi” en las impresoras multifunción que les permiten hacer más con los dispositivos – como el escaneo en red. Estamos finalmente acercándonos a un momento en que la MFP será considerada un “verdadero ciudadano” en red en lugar de un dispositivo malintencionado o aislado – y ocuparse de protegerlo es una parte integral de los actuales imperativos de seguridad.